¿Cuáles son los problemas más comunes en los pies de los niños?
Desde los primeros años de vida de un niño es importante prestar atención a cómo camina. Si la colocación de sus pies o sus piernas no tienen la posición correcta, es recomendable llevarlo a un profesional para que lo analice. En estos casos pueden darse algunas anomalías que conviene tratar cuanto antes. Aquí te vamos a explicar los problemas más comunes en los pies de los niños y qué deberías hacer en cada caso.
Las 5 anomalías más frecuentes en los pies de los niños
Cuando detectemos posibles enfermedades en los pies de los niños, se debe acudir a un especialista para poder prevenir un problema mayor en el futuro. Por eso, se debe analizar cada paso del pequeño para poder corregir en la mayor brevedad posible cualquier desviación. Algunas de las anomalías más comunes en los pies infantiles son:
Pie plano
En este problema se observa una pérdida del arco natural de la planta. Existen dos tipos de pie plano:
- Pie plano rígido: Se sufre cuando aparecen uniones anómalas entre los huesos del pie. Esto provoca una deformidad en el arco, que se ve desviado. Puede ocasionar molestias y, por eso, requiere rehabilitación. Si no mejorara con la rehabilitación, habría que plantear una cirugía.
- Pie plano flexible: La estructura ósea es normal, pero las articulaciones tienen demasiada flexibilidad. No ocasiona ningún dolor y es fácil de mejorar con plantillas.
En los primeros años de vida, el arco longitudinal del pie va evolucionando hasta estabilizarse en la época adolescente. Cuando el niño tiene dos o tres años, su pie tiene una apariencia plana debido al tejido graso que acumula. El uso de un calzado adecuado y flexible es primordial para que el niño no sufra problemas en la formación del arco del pie.
Pies torcidos hacia adentro
Esta anomalía es un defecto de nacimiento que hace que el pequeño gire el pie hacia adentro y hacia abajo. Se puede diagnosticar desde la semana 20 de la gestación. Cuando el bebé nace, ya es evidente que padece esta deformidad, que puede ocurrir en un pie o en ambos.
Una vez detectado el problema, hay que seguir un tratamiento de inmediato, debido a que los huesos de los pies de los bebés son más moldeables. Para enmendarlo se colocan yesos correctivos. Este procedimiento se conoce como la técnica de Ponseti y se realizará semanalmente. Con eso se busca mantener los pies en la posición correcta sin que el pequeño sufra ningún tipo de secuela.
Pie talo-valgo
Una deformidad que aparece en el recién nacido y que se presenta con unos pies doblados hacia arriba. El pie llega a tocar la parte inferior del tobillo. Además, puede producirse una desviación del talón.
Se desarrolla desde la etapa de feto, debido a la postura de este en el útero. Los bebés que muestran esta anomalía, además, pueden tener una posible luxación en las caderas. Por lo que el especialista evaluará otras partes del cuerpo que puedan sufrir debido a esta anomalía.
Este problema se puede corregir sin necesidad de tratamiento, de modo espontáneo. Pero en los casos más graves será necesario colocar férulas.
Piernas arqueadas y piernas en X
A medida que los niños empiezan a caminar, pueden adoptar una postura que se conoce como piernas arqueadas. Ocurre entre el primer y el segundo año de vida. En esta desviación, los tobillos permanecen juntos, pero las piernas tienen una separación entre sí. De este modo se observa un arqueamiento hacia fuera.
También se puede dar al contrario: las rodillas se juntan y los tobillos quedan separados.
Ambas situaciones se pueden resolver sin ayuda de un tratamiento. Solo hay que sospechar de una posible enfermedad si:
- La curvatura es muy extrema y visible.
- Después de los 2 años, las piernas arqueadas presentan mayor desviación.
- Afecta solamente a una pierna.
- Las rodillas continúan juntándose después de los 8 años.
Si se da alguno de los cuatro puntos anteriores, será imprescindible acudir a un traumatólogo-ortopedista. Así obtendremos un diagnóstico preciso y podremos descartar enfermedades potenciales.
Pie cavo infantil
Consiste en el aumento del arco interno del pie. Existen algunas enfermedades que están asociadas a esta anomalía, como la distrofia muscular o la espina bífida. En un principio, el niño que la padece no tendrá ningún problema al caminar o usar calzado. Pero con el paso del tiempo, entrando en la etapa de la adolescencia, aparecen los problemas más graves. Los tejidos y articulaciones se vuelven rígidos y pueden producir dolor e inestabilidad. En muchos casos será necesaria una cirugía.
Como se ha visto, es muy importante que los pequeños utilicen calzado adecuado para prevenir y corregir posibles problemas en sus pies. Los pies de los niños cuentan con una gran flexibilidad, que hace que se amolden a los zapatos que usan. Por eso, es crucial que lleven desde temprano calzado infantil cómodo.