¿Cómo deben ser las sandalias que cuiden los pies de mi hijo?
¡El verano ya está aquí y con él la temporada de sandalias! Pero… ¿sabemos elegir un buen calzado para nuestros hijos?
Siempre que vamos a comprar el calzado tanto para nosotros, los adultos, como para los más peques, nos fijamos en la estética. Pensamos si nos gusta o no nos gusta el modelo que estamos viendo estéticamente. Pero al igual que decimos que las apariencias engañan, la estética también, no siempre lo es todo. Es muy importante que además de fijarnos en cómo son los zapatos estéticamente, nos fijemos en qué características tienen para cuidar nuestros pies de la mejor manera. Esto tampoco quiere decir que la estética y el confort no vayan nunca de la mano, pero para elegir un calzado que cumpla con los dos requisitos deberemos observar ciertas características.
Si todos debemos cuidarnos los pies, los pies de los más pequeños todavía se deben cuidar más, ya que un mal calzado podría dañar sus pies de por vida.
Elegir unos buenos zapatos para los niños es más importante de lo que algunos padres piensan, porque precisamente es en la infancia cuando los niños establecen cómo va a ser su pisada y, por tanto, deciden inconscientemente cómo va a ser la salud de sus pies.
Muchos problemas de los que padecen algunos adultos en los pies podrían haber sido evitados si antes de tenerlos se hubieran preocupado por llevar un calzado adecuado.
Con este post te daremos los mejores consejos para que puedas elegir un buen calzado veraniego para niños.
Cosas a tener en cuenta para elegir un buen calzado de niño:
1- Deben agarrar bien el pie
Para evitar caídas y resbalones, debes considerar que las sandalias pueden sujetar bien los pies de tu hijo. Elija una suela que esté cerca del suelo y no resbaladiza, y elija un estilo con una correa de velcro o hebilla, que pueda fijar bien el talón. Además, la correa delantera debe asegurar bien los dedos de los pies.
Si es un zapato de punta cerrada, asegúrese de que la punta no toque la parte superior de la punta o el costado al caminar.
2- Para los más pequeños: el talón debe estar reforzado
Esto es principalmente para los más peques ya que la zona del talón y también sus laterales tienen que estar más reforzados que el resto de zonas del zapato para favorecer un mejor agarre de la zona más sensible que poseen ante una lesión por un mal apoyo o por una incorrecta rotación del pie. Lo que también es importante es que el tobillo esté libre para poder, de esta forma, tener margen de movimiento.
Algunos mitos aseguran que el calzado estilo botas es mejor porque tiene una gran sujección en el tobillo, pero justamente la zona del tobillo debe estar libre para no restringir el movimiento del pie y evitar así posibles accidentes.
3- La suela debe ser adecuada: flexible, con buena adherencia al suelo y del grosor adecuado
Otro detalle que se debe tener en cuenta a la hora de elegir un calzado de calidad para niños es la suela.
Primero, asegúrese de que el dibujo de la planta proporcione un buen agarre tanto en condiciones húmedas como en condiciones secas. ¿Cómo lo sabes? La suela debe tener un patrón irregular.
En segundo lugar, compruebe si es lo suficientemente flexible como para promover un paso natural. Para comprobarlo, agarra el talón y la puntera y dóblala por la mitad, luego gírala en sentido contrario, como si estuvieras rodando, si la suela es fácil de ceder significa que es flexible. El calzado debe poder flexionarse con totalidad. Hay que evitar aquellos que posean una suela rígida y dura, puesto que no permitirán que los niños puedan adaptar el zapato a su pisada.
En tercer lugar, elija una suela que no sea demasiado gruesa ni demasiado delgada. El grosor de la suela debe ser lo suficientemente grueso como para absorber el impacto del suelo mientras camina o corre, una suela delgada y rígida no absorbe lo suficiente el impacto del pie contra el suelo. Nunca elijáis suelas demasiado delgadas como para que los niños noten todas las irregularidades que puedan haber en el suelo y dañen de esta forma directamente al pie.
4- La talla debe ser la adecuada: ni más grande ni más pequeña
Elegir la talla correcta es muy importante y además no se debe caer en el gran y típico error de: «Voy a cogerle una talla más porque así le sirven para el año que viene».
Si cogemos un calzado más grande de su talla para nuestros hijos, el calzado no va a recogerle el pie como debería ya que los agarres no van a estar en los lugares correctos y por ello no desempeñarían bien su función de agarre y protección al pie. Además, pueden ser los causantes de muchos resbalones y de caídas.
Por el contrario, elegir un calzado más pequeño también dañaría los pies por no cumplir con la función de agarre y por además no permitir que el pie descanse de la manera adecuada sobre la suela del calzado.
5- El zapato debe ser ligero
Los zapatos que elijamos deben ser ligeros, un zapato pesado solo entorpece la forma de andar del niño, invitándole a tropezar consigo mismo y a caerse. Mientras menos pese el calzado, mejor andará el niño con él.
6- Elegir un buen material
Lo ideal es que los zapatos o sandalias que elijamos estén elaborado con materiales transpirables para evitar infecciones como hongos causadas por la humedad que genera el sudor. Elegir un calzado con material transpirable, además, evitará un exceso de sudoración y un mal olor de pies.
Además de eso, para evitar rozaduras es muy importante que las sandalias estén fabricadas con material de primera calidad. Un truco para asegurarnos de la calidad del producto es pasar la mano por el interior del zapato para comprobar la comodidad de la pisada (para esto haremos presión en la zona donde va a estar la planta del pie) y de que no hay costuras que puedan provocarles pequeñas heridas (al pasar la mano notaremos si hay costuras que puedan ser molestas).
Tampoco son apropiados aquellos zapatos que tienen piezas de níquel o cromo, dado que muchos niños a estas edades tienen hipersensibilidad a estos metales, llegando empeorar las lesiones en la piel.
7- Mejor probarse el calzado por la tarde
Si podemos elegir cuándo ir a la tienda o cuándo probarnos el calzado es mejor que lo hagamos por la tarde, ya que es en ese momento cuando el pie está más dilatado (después de todo el día). Si nos probamos calzado por la mañana, sobre todo en verano, el pie está más fresco y menos asentado después de haber descansado por la noche y no ocupa el espacio que ocuparía cuando ya ha asentado la pisada. Muchas veces, el probarnos el calzado por la mañana puede dar lugar a comprar calzado más pequeño de nuestra talla.
Aprovechamos también para recordar que es importante andar con el nuevo calzado para asegurarnos que no nos causa ningún tipo de malestar o dolencia, así que, aunque oigamos a nuestros niños quejarse por nuestras preguntas… ¡Ay que asegurarse de que no les molesta nada el calzado y de que les resulta ligero y cómodo!
8- Evitar heredar calzado
Cada niño tiene su propio tipo de pisada, por lo que cada uno desgasta de manera diferente el calzado. Si los zapatos se heredan se condiciona la pisada del nuevo dueño con la del anterior, y claro… ¡Sus pies no son iguales! Por lo que usar el calzado de otra persona puede producir malformaciones.
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